19/04/2025 - Edición Nº653

Cultura | 11 Jul 2024

Presentación

Don Ramón y Ramón Valdés: una misma vida extraordinaria que nunca necesitó permiso para brillar

Esteban Valdés, hijo del histrión, recupera toda una vida de anécdotas, memorias, experiencias, luchas y un sinfín de situaciones en el libro “Con permisito, dijo Monchito”, como emotivo homenaje a la inmortalidad de su padre.


Por: Redacción Noticias AM

La inmortalidad es esa condición utópica que cualquiera desearía alcanzar cuando el tiempo  prestado en la Tierra llega a su fin. Y, aunque parezca increíble, hay quienes cumplen esa  aspiración al dejar impresa su huella en la memoria y hasta en el corazón de los demás. 

Ramón Valdés, “Don Ramón” para los seguidores del inolvidable programa “El chavo del  8”, fue un personaje dentro y fuera de la pantalla, convirtiéndose en una imagen icónica de  varias generaciones que crecieron a su lado… aunque él ni siquiera lo supiera. 

Esteban Valdés, hijo del histrión, recupera toda una vida de anécdotas, memorias,  experiencias, luchas y un sinfín de situaciones en el libro “Con permisito, dijo Monchito”,  como emotivo homenaje a la inmortalidad de su padre.  

Entre remembranzas e historias de vida, aderezadas con humor e imágenes que enmarcan  este tributo al legado artístico del único e irrepetible comediante, el autor siluetea al hombre  de familia que parecía entrar y salir de un foro sin disfrazarse jamás, pues señala que era el  mismo a cada instante: Ramón y Don Ramón eran un solo personaje.  

La narrativa del libro de Esteban Valdés es mucho más que un texto escrito a manera de  biografía; es en realidad un viaje nostálgico-fantástico a través de la vida y carrera de su  padre, llevando al lector a visitar los rincones más reveladores dentro de la personalidad del  entrañable “Monchito”. 

Desde su infancia en México hasta su consagración como uno de los pilares fundamentales  de la comedia mexicana, cada página de esta obra da testimonio del talento y la humanidad  que caracterizaban al legendario actor. “Con permisito, dijo Monchito” es también una  ventana desde donde Esteban nos permite echar un vistazo a su vida íntima en familia, con  todos sus aciertos, errores, alegrías y sinsabores que vivió al lado de su papá, pinceleando el  pasado y descubriendo facetas desconocidas de este artífice del humor mexicano.

La brecha entre el “Don Ramón” de la ficción y el Ramón Valdés de la vida real es finísima.  Como si nos encontráramos disfrutando una sobremesa familiar, el autor nos cuenta las  peripecias y ocurrencias del personaje, en un comparativo con el ser humano en su  cotidianeidad afuera de los escenarios.  

El libro nos dibuja la imagen de un padre profundamente amoroso y considerado, lo que no  le impedía tener sus momentos de mal humor. Esteban Valdés describe al fumador  empedernido que, a pesar de los estragos que el vicio iba dejando en su salud, nunca perdió  el buen humor con que sacaba una sonrisa entre quienes se encontraban a su alrededor. 

La inmortalidad, a fin de cuentas, sí se alcanza, y Don Ramón Valdés lo ha hecho infinidad  de veces cuando su imagen se transmite por medios electrónicos, impresos, en souvenirs, en  notas periodísticas y hasta de boca en boca. Esta obra es, además, un emotivo capítulo que  cuenta una parte irrepetible de la historia de la comedia latinoamericana; es el reconocimiento  amoroso y entrañable del legado que le permitió a “Don Ramón” trascender tanto  generaciones como fronteras con su singular personalidad.  

“Con permisito, dijo Monchito” es un conmovedor tributo al padre, al artista y al hombre  excepcional que marcó un antes y un después en la narrativa del entretenimiento. Y eso hace  inmortales, esta vez en librerías de América, a “Don Ramón”, a Ramón Valdés y, desde  luego, al hijo de ambos, Esteban Valdés. 

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